Dentro de la gama de vehículos comerciales de la marca Ford, podemos encontrarnos vehículos un tanto especiales como la versión objeto de esta breve prueba.

Se trata de una Transit Custom en su versión de menor tamaño, no llega a los 5 metros de longitud. Y solo está disponible en carrocería Van.

Pero lo verdaderamente interesante de este furgón no es su tamaño o capacidad de carga, que si bien se muestra muy capaz en este aspecto. Lo que de verdad atrae y entra por los ojos es su acabado Sport.

Ford ha dotado a esta versión de un motor potente de 170cv extraídos del 2.0 TDCi, con un alto par motor desde muy bajo régimen que hace que mover el peso en vacío de la Transit sea un juego de niños. Es de los furgones más rápidos del mercado y, que permite, incluso, realizar en cierta medida conducción más decidida con ella.

No en vano nuestra unidad montaba unos más que interesantes neumáticos Good Year F1 en medida 235/50/18” que conferían un agarre y seguridad en curva muy alto. Es sin duda toda una experiencia conducir este furgón vitaminado. Donde la potencia parece ser inagotable.

La versión Sport del furgón Transit es fácilmente diferenciable de sus hermanos. No sólo por el color tan llamativo azul eléctrico. Ni tampoco por las líneas longitudinales de color gris que atraviesan el capó.

Las llantas de 18” y los aletines le otorgan una presencia muy deportiva y mayor anchura. Si comparamos una versión normal de Transit con esta versión racing es fácilmente ver como la Sport es más ancha de vías por unos neumáticos más anchos y de menor perfil que quedan aras de los aletines.

En cuanto a capacidad de carga, hablamos de la versión de 4.972mm de longitud con una altura de carrocería de 2.056mm. Que en su interior permite una carga de 6 metros cúbicos. Con un peso de 885 kg.

Hasta el tope de la mampara interior son unos 2.550m y una altura disponible de 1.972mm.

Para acceder a la zona de carga podemos hacerlo mediante dos puertas deslizantes a ambos lados de la carrocería o desde la parte posterior con dos puertas de tipo tradicional de bisagras con una apertura de 180º.

El motor EcoBlue de dos litros viene a sustituir al anterior 2.2 TDCi de 155cv. Siendo este nuevo más refinado en cuanto a sonido y agrado de uso, también es más parco en consumos y mucho más voluntarioso que su antecesor.

A pesar de perder cilindrada es más contundente en bajo y medio régimen. Subiendo de vueltas con mucho ímpetu que, en conjunto con una caja de marchas que dispone de una primera relación más bien cerrada, consigue un arranque rápido y que fácilmente puede mover cargas sin esfuerzo.

El desarrollo de la última marcha, la sexta, a una velocidad de unos 100 km/h –velocidad a la que la Transit esta limitada en autovía/autopista- el motor no sobre pasa las 1400 revoluciones con un rodar tranquilo y poco sonoro por parte del motor. Arrojando una media de unos 6 litros o un poco más de consumo de carburante.

Teniendo en cuenta que, como peso máximo la Transit puede llegar a 2.900km MMA no está nada mal. En nuestro caso, con tan solo el lastre que Ford España ha introducido en el espacio de carga y siendo este de 300kg de sacos de arena el consumo no se vio alterado en ningún momento.

Y las prestaciones del motor son en todo momento muy aprovechables. Sin importar la carga o peso que llevemos.

El 2.0 TDCi Eco Blue es CommonRail de 2000 bares de presión, cuenta con un turbo de geometría variable e inyectores piezoeléctricos de ocho orificios.

Que en la versión Sport eroga una potencia de 170cv muy aprovechables. Nos ha parecido un motor muy elástico y de fácil uso. Pudiendo realizar una conducción desahogada y tranquila si así lo queremos. O exprimir al máximo sus capacidades ganado con rapidez velocidad.

Es a partir de las 1500 revoluciones donde el empuje empieza a hacerse patente, siendo pasadas las 2000 vueltas donde este es ya total. Hasta unas 3.000/3.200 revoluciones da lo mejor de sí. Pasado este régimen sigue subiendo de vueltas con energía pero sin tanto empuje.

Pero no todo es el motor en esta versión Sport tan interesante. A los mandos el conductor está situado en una posición alta que le confiere una mejor visual de la carretera. Los asientos de tela y piel presentan una posición muy erguida que, puede ser regulada mediante accionamientos eléctricos en el asiento del conductor. Que también es calefactado.

El volante, forrado en piel y de buen tacto y grosor es regulable en altura y profundidad.

El esquema de suspensión es muy agradable, tratándose de tipo McPherson en el eje anterior y de ballestas en el posterior no notamos que fuera dura en incomoda. Y con el tarado justo que asociado al bajo perfil de los neumáticos una dirección directica y comunicativa terminan de otorgarle aún más espíritu racing.

El equipo de frenos está compuesto por discos en ambos ejes, muy capaces y con un alto mordiente al poco de pisar el pedal del freno. Muy dosificable.

En resumen, estamos ante una versión diferente, casi de capricho, por que rara vez existen furgones de este tipo. Por lo general suelen estar dotadas con motores de en torno a los 100 o 130cv respectivamente.

La versión Sport como la aquí probada de 170cv tiene unas prestaciones que algunos compactos que rondan nuestras carreteras ni siquiera disponen. Sin duda disponer de dicho colcho de potencia bajo el pedal del acelerador es toda una garantía y alta seguridad que el conductor percibe en todo momento.