El Alfa Romeo Giulietta es un hatchback que se presentó en el salón internacional de Ginebra el año 2009, es el sustituto natural del 147.

Actualmente el Giulietta es un vehículo que, no hace mucho sufrió un lavado de cara no muy profundo para adaptarlo a los tiempos que corren. Sigue siendo un coche perfectamente funcional y moderno a pesar de su longevidad en el mercado.

Si bien es cierto que los años le pesan, y no solo a nivel estético que aun hoy día sigue siendo un diseño muy fresco y atrevido.

Si lo comparamos con un compacto de última hornada se pueden ver las carencias del Giulietta, como son pantallas multimedia de menor tamaño, sobre todo la del ordenador de a bordo situada en el cuadro de instrumentos de monocromo. Eso sí, con toda la información necesaria. Incluso la presión del turbo si hacemos uso del modo Dynamic mediante el “DNA” que ya explicaremos más adelante que es y su función.

A nivel dinámico, como suele pasar en los coches italianos, es muy vivo en reacciones pero a la vez tremendamente aplomado y con una alto paso por curva, es un vehículo, sobre todo en esta versión más deportiva como es la Veloster que es capaz de enamorar a todo el mundo, una vez se prueba es difícil no encariñarse con él. Su funcionamiento es tan bueno a nivel general y, sobre todo a nivel deportivo que uno piensa que los 240cv que eroga el fabuloso motor de 1.750cc parecen muchos más.

Un motor que siendo de última hornada parece de la vieja escuela, con buenos bajos, pero demoledores medios y altos. Es pasar las 2500/3000 revoluciones y notar todo el empuje aderezado de un bonito sonido proveniente del motor y la admisión completamente real. Nada de simulaciones por los altavoces. Sonido de verdad. Pocos coches de calle quedan ya así.

Recuerdo cuando hace ya unos cuantos años pude probar el Giuilietta tanto en su versión más potente diésel con el 2.0 Multijet JTD de 170cv y, por aquél entonces el 1.4 Turbo Multair, también de 170cv.

En ambos casos, y suscribo lo que dije, a nivel dinámico los Alfa Romeo tienen ese “cuore” ese corazón esa alma que otros compactos no saben trasmitir aunque sean más potentes.

Y en el caso de la versión Veloster con el mismo motor que monta el Alfa Romeo 4C es, como pone en el título de esta prueba, “el rey de las sensaciones”.

Pero como pasa siempre no todo va a ser bueno, aunque en este caso la balanza se incline hacia el lado positivo. Habíamos leído y nos habían comentado compañeros de profesión que si bien es un motor con carácter que también se notaba a la hora del pasar por el surtidor.

En nuestro caso, con una conducción normal, de un uso diario, con alguna que otra demanda de la máxima potencia del propulsor nos ha arrojado un consumo más bien aquilatado para lo que nos esperábamos.

Medias de entre los 7 y 8 litros. Y, en ocasiones, dependiendo del estilo de conducción por encima o incluso por debajo.

Es fácil superar los 600 km de autonomía con un solo depósito.

Exteriormente el Veloce si se diferencia de sus hermanos de gama, sobre todo por un marcado carácter deportivo.

Salidas de escape de mayor tamaño con un pequeño difusor, llantas especificas para este modelo y el uso de serie de frenos más capaces firmados por la marca Brembo.

Delante paragolpes con partes en color negro y rojo haciendo uso de panal de abeja para las entradas de aire a los radiadores. También los faros disponen de partes en negro.

Son cambios sutiles que lo diferencian. Una vez en marcha es fácilmente reconocible por su bonito sonido proveniente no solo del motor, también de los escapes que, según a que revoluciones cambie de marcha el cambio automático TCT nos agradara el oído con un sonoro petardeo.

Interiormente es un coche que deja notar sus casi 10 años de vida en el mercado, aun con modificaciones como una pantalla multimedia de mayor tamaño se nota el paso del tiempo.

Como siempre ha pasado en los Alfa Romeo es un vehículo muy habitable por dentro y aprovechable, por fuera pude parecer no muy grande, pero por dentro pueden viajar 4 adultos con alta comodidad y dispone de un maletero de generosas dimensiones con una capacidad de 350 litros muy bien aprovechados.

El puesto de conducción con unos asientos tipo baquet que recogen de maravilla no podemos ponerle ninguna pega. Dispone de los múltiples reglajes en el asiento como regulación en altura y profundidad del volante, forrado en piel.