La prueba de la semana corre por cuenta del pequeño y urbano coche de la marca checa Skoda, hablamos sin duda del Skoda Citigo en su versión más potente actual, dotado del motor de aspiración atmosférica 1.0 MPI que produce una potencia máxima de 75cv disponibles.

El Skoda Citigo, al igual que sus hermanos UP! y Mii ha recibido un lavado de cara general, más estético que otra cosa, ya que los motores, bueno, el motor 1.0 MPI sigue estando disponible en las dos potencias de inicio 60 y 75cv respectivamente.

Existe una variante con el 1.0 TSI de 95cv que por ahora solo está disponible en el Volkswagen UP!. Es una pena que este motor no este también el Citigo y Mii, sin duda es una variante muy atractiva a nivel dinámico, ya que en ocasiones el 1.0 MPI atmosférico se puede quedar corto fuera de ciudad.

Es un motor que, aunque voluntarioso, muestra sus limitaciones en carreteras secundarias y autovías donde la potencia es determínate. Sin duda el 1.0 TSI de 95cv no tendrá problemas en mover el bajo peso de este vehículo.

Externamente el Citigo se diferencia de sus hermanos el UP! y el Mii por tener un aspecto más serio, en los demás las diferencias, como es lógico, son mínimas. Todos, por así decirlo, han salido del mismo molde.

En el lavado de cara que sufrió hace no mucho se rejuveneció la imagen externa, pequeños cambios en paragolpes y llantas. Nuestra unidad montaba un pack opcional donde el techo, retrovisores y las llantas son de color blanco. Muy atractivo visualmente.

Otros cambios, esta vez en el interior, son en el equipo tanto multimedia, que es nuevo como en el climatizador siendo digital.

Los asientos, tipo semi-deportivos, carecen de reposacabezas, que por ende no tienen ningún tipo de regulación. Son calefactables e ideal para fechas más frías.

El puesto de conducción, a nosotros personalmente, nos ha parecido que, en poco tiempo, no se logra encontrar una postura cómoda ante el volante. El volante carece de regulación en profundidad, lo que hace que si tenemos una cierta altura y estamos algo alejados del volante, tengamos que tener el respaldo más vertical para llegar con comodidad.

Por lo demás es un puesto de conducción amplio en el que todo queda a mano, y los botones tanto del volante como de los diferentes sistemas se pueden ver de un simple vistazo.

Nuestra unidad montaba el sistema de suspensión deportivo que es más enérgica y de menor altura, 15mm menos. No es mucho pero si lo suficiente para dotar de un mayor dinamismo al Citigo en vías viradas. Y la verdad es que se nota bastante, sobre todo en un mayor aplomo y que pisa con más decisión.

La suspensión deportiva consigue minimizar los posibles movimientos de la carroceria en tramos más virados con conducción deportiva y, en ciudad, no penaliza su mayor dureza en exceso. Si bien es algo más rebotón, sobre todo el eje trasero. Pero el Citigo es un coche muy corto entre ejes y casi normal.

El acabado de la unidad probada es el Style, que tiene un satisfactorio equilibrio entre la dotación de serie y los extras disponibles.

La verdad es no tuvimos la sensación en ningún momento de que le faltara equipamiento, incluso de serie. Trae lo que se puede considerar mínimo hoy día.

Otra de las mejoras, es que, los faros, que aún siguen siendo de tecnología halógena, pero ahora son de doble parábola, que aumenta notablemente la cantidad lumínica si hacemos uso de las luces de carretera en conjunto con las de cruce.

Antes con los faros simples, era imposible por razones físicas, poder tener a la vez encendidas las luces tanto de carretera como de cruce.