Dieciséis conductores a pleno sol, horas y horas conduciendo sin parar; casi hicimos surco al circuito de El Jarama mientras que nuestros reflejos eran estudiados al milímetro por los expertos del RACE y la revista Autopista. El reto: vencer al sueño. ¿Lo conseguimos? No: sin saberlo, habíamos estado varios minutos dormidos y nuestras reacciones al volante eran como si hubiéramos estado bebidos.
Las conclusiones del RACE son escalofriantes: al cabo de 17 horas despierto y en actividad, los reflejos disminuirán tanto como si tuviéramos 0,5 gramos de alcohol en sangre. Por eso, un viaje no sólo se prepara en un día: tienes que dormir correctamente las noches anteriores a la salida.

No olvides que la falta de sueño se acumula. Si pasas siete noches consecutivas durmiendo dos horas menos de lo que necesitas, equivaldrá a haber pasado una noche en blanco.

Llega el gran día, pero no hay que ir con prisas. No te pongas al volante después de una jornada de trabajo sin haber descansado. Te recomendamos que cargues el coche la noche de antes. Evitarás arrancar por la mañana con un estrés suplementario porque no te entra todo el equipaje, porque se alarga la tarea de carga y ya sales con un retraso que no estaba previsto.

Además, tienes que evitar viajar en los momentos del día en los que el nivel de vigilancia es menor o, lo que es lo mismo, entre 2 y 5 horas de la mañana y entre 13 y 16 horas de la tarde.