No olvides que, cuando empieza a llover, se produce un momento particularmente delicado en carretera: las primeras gotas, mezcladas con el polvo y la grasa de la calzada, convertirán el firme en una superficie deslizante. Vemos peor, la calzada se llena de charcos, los conductores que nos preceden nos sorprenden con frenazos bruscos…