Ahora que se acerca el verano es conveniente tener revisado y preparado nuestro vehículo para poder afrontar con seguridad viajes de larga distancia.

Qué debes tener en cuenta cuando conduces en verano

Cada estación meteorológica del año requiere estar preparados antes de emprender un viaje, en el caso de la época en la que se me suele viajar, por las vacaciones, el verano, debemos adaptarnos a que, por lo general las temperaturas que sufriremos como conductor serán mayores, por lo que el cansancio puede aparecer antes que en otros momentos del año.

En este artículo os vamos a proporcionar 10 consejos útiles que puedes poner en práctica siempre que vayas a realizar un viaje.

Fatiga

Punto clave es el estado del conductor, todos queremos llegar cuanto antes a nuestro destino, pero no por hacer una o dos paradas, las que se consideren necesarias, recuerda que es muy recomendable parar cada dos horas a estirar las piernas.

Con breves paradas de no más de 5 minutos evitaremos el estrés conduciendo y lo que es peor, la fatiga. Conducir no es un esfuerzo físico como tal, pero si lo es mental, al paso de las horas y de tener que prestar atención a todo lo que nos rodea, poco a poco, la fatiga se puede ir adueñando de nosotros.

Ceguera producida por el sol

En verano, por el clima más benevolente y por la disponibilidad de tener más horas de luz que en invierno se hace un mayor uso del coche a horas en las que el sol, sobre todo en el ocaso, puede ser un problema por su baja altura llegando a cegarnos en ocasiones si no tomamos las siguientes medidas con antelación.

Un parabrisas limpio, tanto por fuera como por dentro puede evitar que en momentos de deslumbramientos por el sol no veamos nada por la suciedad acumulada con el paso del tiempo, sobre todo por el interior donde se acumula polvo proveniente de las salidas de aire especificas del parabrisas.

Una buena limpieza hará que veas mejor aunque el sol este muy bajo. Por su puesto, el uso imprescindible del parasol, ajustar el asiento en altura si fuera necesario y, como opcional, pero también muy interesante, el uso de unas gasa de sol, si son polarizadas, mejor, así se evitan reflejos indeseados.

Desgaste de los neumáticos

Los neumáticos son la única parte que conecta al vehículo con el suelo, unos neumáticos en mal estado, gastados o envejecidos pueden darnos problemas graves. Por ello, antes de cualquier tipo de viaje, han de ser sustituidos.

Para su sustitución puedes mirar el ranking de neumáticos de verano y ver cuales encajan mejor en tu vehículo.

Revisar los neumáticos es sencillo y puede hacerlo uno mismo, en todos los neumáticos desde hace unos años, en el flanco exterior podemos ver reflejada la fecha de fabricación del mismo en el formato semana y año de fabricación, sería algo como el siguiente ejemplo fotográfico.

Ver si el neumático esta gastado es sencillo, con los testigos en la banda de rodadura podemos ver si ya es hora de su cambio. Es mejor cambiarlos si están cerca de los testigos que apurarlos en un viaje.

Recuerda, el mínimo legal son 1,6mm, menos es peligroso, sobre todo en condiciones de lluvia, donde los neumáticos no serán capaces de evacuar el agua de la calzada, provocando aquaplanning y problemas mayores.

Conducir en caravana

En épocas estivales y, sobre todo, en días de operación salida o retorno es fácil toparnos en las carreteras de nuestro país con las temidas caravanas por saturación.

Ante ellas poco se puede hacer además de armarse de paciencia, pero si es recomendable llevar siempre el depósito de nuestro vehículo lo más lleno posible, así podremos contar con el uso del aire acondicionado en todo momento.

También, altamente recomendable llevar agua y comida en el vehículo por si las paradas son demasiado largas y así poder estar siempre bien hidratados.

El cuerpo humano está compuesto, en más de un 70%, por líquidos. Si descienden los niveles de hidratación y de glucosa (el combustible del cerebro), la capacidad de atención y el tiempo de respuesta ante determinadas situaciones de la conducción se ven afectadas.

El calor no solo afecta a los pasajeros y al conductor, es conveniente echar un ojo de vez en cuando al marcador de temperatura del motor, en vehículos modernos, por lo general, no debería suceder nada extraño. Pero si nuestro vehículo ya tiene unos años es conveniente estar atentos.

Evita los adelantamientos o cambios de carril innecesarios, además de guardar siempre la distancia de seguridad.

Qué no debes hacer

En todo tipo de viajes, por sentido común, hay cosas que no debes hacer. La más obvia es no exceder los límites de velocidad.

Es algo que por tratarse de una obviedad es lo primero que se hace, rebasar el límite, ya que si se circula un poco más rápido se recorta el tiempo sensiblemente de llegada a nuestro destino.

Ni que decir tiene que el cinturón siempre se debe llevar abrochado, nada de “me aprieta pasadas unas horas” y por eso me lo quito un rato.

Un uso inadecuado del aire acondicionado del vehículo, puede producir además de un mayor gasto de carburante, que la temperatura sea demasiado baja en el habitáculo provocando en el conductor que sus reacciones sean más lentas. Una temperatura correcta nunca ha de ser inferior a los 20° C, suficiente para no pasar calor.

Dentro de esta sección podríamos hablar de los peligros que entraña el realizar un vieja con unos neumáticos gastados o endurecidos, pueden darnos más de un susto, del mismo modo si no se revisa el vehículo antes de salir o se lleva bien colocado el equipaje.

Revisar el vehículo antes de salir

  • Frenos

Después de ocuparnos de los neumáticos, “alma mater” de la seguridad de marcha, los frenos son el siguiente paso. ¿Ha bajado el pedal? ¿Parece que le falta líquido? A lo mejor no es esa la causa, fíjate en qué estado están las pastillas del freno y no trates de ahorrar creyendo que “todavía aguantan”. Si el desgaste definitivo se produce durante el viaje, además de que el coche frenará peor, al friccionar hierro contra hierro por falta de material, destrozará los discos y, estos, casi siempre son la parte más cara del conjunto.

  • Líquidos

Si el aceite del motor está a punto de cumplir su kilometraje habitual, anticipa el cambio, comenzar un viaje sabiendo que se ha renovado la “sangre” en las venas del motor, da mucha confianza.

El aceite del motor no es sólo una forma de mantenerlo lubricado, también juega un papel importantísimo en su refrigeración.

No olvidar el refrigerante, líquido de frenos y del limpiaparabrisas. En algunos vehículos no hace falta revisar el de la dirección asistida al ser eléctrica.

Todo ha de estar a nivel y en buen estado de uso.

  • Luces y escobillas

Comprueba todas las luces y el estado de las escobillas del limpiaparabrisas; siempre nos acordamos cuando empieza a llover.

Revisa que llevas las herramientas necesarias para cambiar un neumático: llave de ruedas, gato, etc. Recuerda que hay que llevar un juego de triángulos de posicionamiento y un chaleco reflectante si se detiene por alguna circunstancia en la vía. Si tienes que detenerte por una emergencia, hazlo los más alejado de la calzada que sea posible y señala tu posición con los triángulos.

En una autopista sólo hay que colocar uno por detrás del vehículo a unos 50 metros aproximadamente. Si la vía es de circulación en ambos sentidos, hay que colocar los dos triángulos, uno por delante y otro por la parte de atrás a la distancia indicada. Es obligatorio llevar, al menos, un juego de bombillas.

  • Carga/Equipaje

Una vez cumplidas todas las recomendaciones, no olvides que el aumento y la mala distribución de la carga pueden alterar el comportamiento del vehículo de forma peligrosa al abordar curvas y sobre todo al frenar.

También ten presente que, en el propio viaje la falta de descanso o la deshidratación es el peor enemigo de uno mismo.