Los neumáticos son uno de los elementos fundamentales de lo que se conoce como el triángulo de seguridad de un vehículo. De ahí la importancia de llevar un mantenimiento adecuado. Cuidar las ruedas no solamente te va a servir para ganar en seguridad sobre el asfalto, sino también para alargar su vida útil y, por lo tanto, traducirlo en un importante ahorro económico.

Como sabes, los neumáticos son de diferentes tipos, atendiendo a las condiciones específicas en las que vayan a ser utilizados. Básicamente, en el mercado vas a encontrar neumáticos de verano, de invierno y de todos los tiempos. Cierto es que los de invierno, por estar fabricados para rendir en situaciones extremas, por lo general suelen ofrecer una mayor resistencia. Pero, básicamente, para un mantenimiento adecuado, sea el tipo de cubierta que sea es recomendable seguir los consejos de los que vamos a hablar a continuación.

Lo primordial es prestar atención al desgaste de la banda de rodadura. La normativa dice que los neumáticos han de ser sustituidos cuando la profundidad de su dibujo sea inferior a 1,6 milímetros. No obstante, te aconsejamos que no apures al máximo y los cambies cuando observes que ya están sobradamente utilizados.

Cada vez que vayas a emprender la marcha, realiza antes una inspección visual para descartar posibles anomalías en las ruedas. Comprueba que las cubiertas no presentan grietas, abultamientos extraños o pinchazos, que pueden llegar a ser la causa de un accidente en la carretera.

Comprobar la presión de los neumáticos regularmente es fundamental

Otra de las causas que provoca un desgaste prematuro de los neumáticos, y otras consecuencias negativas, es una presión inadecuada. Por efecto del exceso de carga del vehículo, factores meteorológicos como el sol, golpes o estar demasiado tiempo parado, en ocasiones, las ruedas se desinflan.

En este sentido, conviene que cada cierto tiempo acudas a tu estación de servicio para comprobar con un manómetro que la presión se encuentra en los límites que recomiendan los fabricantes.

Para cuidar los neumáticos es fundamental practicar una conducción responsable. Los frenazos en seco, las maniobras bruscas o el exceso de velocidad también provocan que las ruedas sufran y, por lo tanto, duren menos tiempo.

Es importante que no te saltes ni pospongas las revisiones periódicas a las que debes someter a tu vehículo. En este tipo de chequeos uno de los elementos que en primer momento miran son las gomas. Si están excesivamente desgastadas o presentan cualquier tipo de defecto, el mecánico te aconsejará que las cambies o arregles, y de esta forma evitarás sorpresas innecesarias.

Tal vez el problema sea un desgaste irregular provocado por una inadecuada alineación o equilibrado, circunstancia que en un taller podrán ponerle remedio al momento.