Cada vez que GM abre la boca, los gobiernos de medio mundo se echan a temblar. Tras solucionar de aquella manera sus problemas en EEUU, ahora toca apretar la soga sobre el cuello de la filial europea del mayor de los fabricantes de Detroit. De acuerdo con el comité de empresa de la factoría de Figueruelas (Zaragoza) de Opel, GM Europa habría comunicado a todas sus plantas del viejo continente que si no consigue 955 millones de euros de manera inmediata podría verse obligada a declararse en suspensión de pagos.
Esto pone las cosas muy feas no solo para los implicados directamente, sino también para toda la industria auxiliar que trabaja para GM, y que ocupa a miles de trabajadores en España y Europa en conjunto. La General estaría en conversaciones con varios gobiernos de la Unión para lograr cerrar un acuerdo de ayudas económicas que le permita tirar adelante su plan de viabilidad, que incluiría el cierre de algunas de sus plantas. Con una situación de este tipo, GM parece querer poner a los gobiernos entre la espada y la pared, y como si fuera un ladrón de barrio, o le dejan el dinero, o pueden verse en una situación todavía peor con decenas de miles de personas sin cobrar.