Martin Winterkorn, Presidente del Grupo Volkswagen ha presentado esta tarde la dimisión de su cargo ante el consejo de administración del grupo alemán a consecuencia de las repercusiones a escala mundial del escándalo de las modificaciones en los modelos diésel de la marca para falsear sus datos de emisiones contaminantes.
En un comunicado hecho público hace unas horas, Winterkorn deja el cargo «impactado por los acontecimientos de los últimos días y sobre todo por el hecho de que una conducta tan intolerable se haya producido dentro del Grupo Volkswagen«. En su comunicado Winterkorn declara que «como Presidente del Grupo asumo la responsabilidad por las irregularidades detectadas y dimito de mi cargo en beneficio de la compañía pese a que personalmente no he hecho nada malo».
Este comunicado de Winterkorn ha coincidido con otro del consejo de administración de la marca en el que se explica que «en los próximos días se producirán más ceses una vez la investigación interna en marcha determine las responsabilidades del que es el escándalo más grande que ha sacudido la marca en sus 78 años de historia». «Todos aquellos -insiste el comunicado- que hayan tenido algo que ver en la manipulación de los motores diésel deberán asumir las consecuencias de sus actos».
Matthias Mueller, actual presidente de Porsche, parece el mejor colocado para asumir la dirección del Grupo y hacer frente a la crisis.Desde ayer martes de rumoreaba una sustitución inmediata de Winterkorn del que se decía que sería cesado el viernes de sus funciones. Ayer incluso, algunos medios alemanes especulaban con la figura de Matthias Mueller, Presidente de Porsche, como sustituto. Los acontecimientos, no obstante, se han precipitado y Winterkorn ha abandonado su puesto. Ahora, además del nombre de Mueller, suenan para el cargo el Presidente de Audi Rupert Stadler y el de la marca Volkswagen Herbert Diess, un hombre que llegó al grupo este mismo verano procedente de BMW.
En cualquier caso, el reto para el nuevo presidente del Grupo será monumental. Además de a las múltiples querellas, investigaciones y denuncias de organismos oficiales, asociaciones de usuarios y particulares, sobre todo en Estados Unidos pero también las que parece que se avecinan en Europa y otros mercados, el Grupo deberá regularizar los motores de once millones de vehículos en todo el mundo y compensar de algún modo a los propietarios de unos vehículos cuya depreciación se multiplicará, sobre todo en los Estados Unidos, donde este tipo de trampas son rechazadas de manera contundente por la población
La versión 2016 del nuevo Volkswagen Passat incluía una versión Diésel que Volkswagen ha anunciado ya que no pondrá a la venta.
Volkswagen ha anunciado mediante un comunicado que destinará una provisión de 6.500 millones de euros para una posible actualización mecánica de los once millones de coches que podrían estar afectados por el escándalo de la «trampa» realizada para cumplir con la normativa americana anticontaminación. El Grupo investiga si el software instalado en los coches que superaron el test americano y que servía para modificar el rendimiento del motor durante las puebas, se incluyó asimismo en el resto de modelos vendidos en el resto de mercados y dotados del motor de cuatro cilindros diésel tipo EA 189. Entre esos 11 millones de vehículos (matriculados entre 2009 y 2014) habría modelos del resto de las marcas del Grupo, incluídas Audi, Skoda y Seat.
Volkswagen ha confirmado también que todos los modelos con motores diésel Euro 6 no disponen de este software. Todos los coches nuevos actualmente a la venta en Europa cumplen ya con esta normativa y, por lo tanto, no están afectados al contrario que los modelos americanos.
Volkswagen va a colaborar con las autoridades alemanas y de otros países como Italia o Corea del Sur que han iniciado ya investigaciones sobre el tema. En Francia, el ministro de transportes ha pedido la apertura de una investigación a nivel europeo. Como consecuencia de todos estos anuncios, las acciones de Volkswagen han caído un 20% adicional al mismo porcentaje de pérdida resgistrado en la jornada de ayer.
NOTICIA INICIAL
El motor de la discordia es el 2.0 TDi de tipo AE 189 que se monta en multitud de modelos del Grupo Volkswagen.Apenas una semana después de exhibir músculo en el Salón de Frankfurt, el Grupo Volkswagen se enfrenta a uno de sus momentos más complicados como consecuencia de la denuncia de la EPA, la Agencia Federal de Protección Medioambiental de Estados Unidos, sobre la manipulación de una serie de modelos de la marca para superar las exigentes normativas medioambientales americanas, ligeramente distintas de las europeas y particularemente complicadas de superar para los modelos diésel.
Volkswagen se enfrenta a una posible multa de 18.000 millones de dólares fruto de multiplicar la sanción máxima para estos casos, que asciende a 37.500 euros por coche, por los cerca de medio millón de modelos vendidos con los motores TDi de cuatro cilindros objeto de la denuncia. Estos motores se han montado en los modelos Golf, Jetta, Passat, Beetle y Audi A3 (todos los vendidos en Estados Unidos con motor transversal en variante diésel). Volkswagen anunció ayer que retiraba de la venta todos sus modelos diésel, tanto los nuevos como los usados que pudiera haber en sus concesionarios en Estados Unidos y Canadá. Además, la marca deberá asumir la modificación de las unidades existentes que, según la EPA, pueden llegar a contaminar hasta 40 veces más de lo anunciado lo que, según la agencia es «una violación intolerable de las leyes y un riesgo para la salud pública».
Los ingenieros de Volkswagen diseñaron presuntamente un software con el que equipaban a sus vehículos que, en el momento de detectar la entrada de una cánula en el tubo de escape (el aparato utilizado para medir las emisiones) ponía en marcha una reprogramación del motor para que las emisiones estuvieran por debajo de las legisladas. En cambio, en un uso convencional, ese software quedaba desconectado para conseguir el máximo rendimiento del motor a costa de superar las emisiones autorizadas.
Winterkorn, de 68 años, ha sido el Presidente del Grupo Volkswagen desde el año 2007 y ha convertido a la empresa en líder mundial.Martin Winterkorn, presidente de Volkswagen, ha anunciado la apertura de una investigación externa para esclarecer los hechos y se ha puesto a disposición de las autoridades norteamericanas para proceder a la reparación de los daños. Winterkorn señaló ayer que «el caso pasa a ser la prioridad absoluta para él y para todo el consejo de administración» y lamentó «haber decepcionado a los clientes de la marca y a la opinión pública» en una clara asunción de responsabilidades. Asimismo, en un comunicado oficial, Winterkorn se compromete a colaborar con la EPA «de manera rápida y transparente para esclarecer los hechos«.
Al respecto falta por saber si Winterkorn, que en primavera salió vencedor del pulso que mantuvo con el antiguo Presidente del Comité de Vigilancia del Grupo, Ferdinand Piëch, ahora fuera de la empresa, tenía o no conocimiento del tema antes de que este se hiciera público. Los analistas internacionales coinciden en señalar que este caso puede ser el fin de la carrera de Winterkorn. Lo que es evidente es que el daño a la imagen de Volkswagen en todo el mundo va a ser muy elevado ya que desde la Comisión Europea se han elevado ya las primeras voces que instan a investigar si se trata sólo de un caso «americano» o el Grupo ha llevado a cabo las mismas prácticas en los protocolos de homologación europeos.
Ayer, mientras en Estados Unidos los propietarios de los vehículos afectados empezaban a reclamar que Volkswagen recomprara sus unidades, la empresa vio como sus acciones caían cerca del 20% en la bolsa. En este contexto, la presentación en Estados Unidos de la versión 2016 del Passat para ese mercado (ligeramente distinto del europeo) ha pasado completamente desapercibida.
[Fuente: Coches.net]