El Mercedes Clase S siempre ha sido el escaparate tecnológico de Mercedes-Benz. Es un modelo que está por encima de los superlativos, por encima del resto de la producción automóvil y que, guste o no, adelanta los avances tecnológicos que el resto de la industria irá adoptando en los 10 ó 20 próximos años.
Con la muerte de Maybach como marca y el mercado asiático en mente, el nuevo Mercedes Clase S se presenta ahora más que nunca con dos batallas distintas. El nuevo Clase S (código W222), estará disponible con una batalla de 3.035 mm para el chasis corto y de 3.165 mm para el chasis largo (V222).
Gallery: Mercedes Clase S W222
El Clase S en sus dos variantes -corta y larga- conserva por lo tanto la batalla de la anterior generación. Aún así, el nuevo modelo es ligeramente más grande, pues pasa de 5.095 mm a 5.116 mm de largo (chasis corto). El nuevo Clase S LWB es también más grande, pasa de 5.225 mm a 5.246 mm. Vamos, que con poco más de 1 cm en un caso y 2,1 cm más en el caso del V222 nadie verá la diferencia. Siguen siendo más de 5 metros de acero, aluminio, madera noble y cuero.
Con 1,90 m, el Clase S es también más ancho que el anterior modelo (1,87 m). Donde sí ha crecido de manera notable es en el apartado de las vías. Delante, gana 24 mm (1.624 mm ahora), mientras que detrás se ha ensanchado en 32 mm (pasando de 1.605 mm a 1.637 mm).
Estéticamente, este nuevo Clase S es una recopilación de las últimas creaciones de Mercedes. Las formas son fluidas, especialmente en el frontal. Los laterales tienen los flancos esculpidos de manera similar a los del CLA, mientras que en la zaga los pilotos son más bien verticales cuando hasta ahora en Mercedes (al menos en los turismos) eran más bien horizontales. Con la llegada del Clase S, el nuevo lenguaje estético del diseño de Mercedes-Benz se confirma como una apología de la fluidez, en oposición a las formas cuadradas y de líneas tensas del Clase E (a pesar de su profundo restyling), del GLK o del Clase C.
El equipamiento tecnológico es tan completo que debe suponer la mitad o más de las casi 2 toneladas que pesa en vacío el nuevo Clase S. El S400 Hybrid es el más ligero y debuta en 1.925 kg.
En el salpicadero nos encontramos con dos pantallas TFT de 12,3 pulgadas, una para el cuadro de instrumentos y otra para la consola central (navegación y multimedia), un «pad» táctil para el teléfono, climatizador cuadrizona y acceso al equipo multimedia desde cualquier asiento. Los pasajeros posteriores pueden incluso ver en Google Maps que el chófer va por el camino correcto.
Unos 300 LEDs ofrecen en la cabina siete tonalidades de iluminación, cinco niveles de iluminación y cuatro zonas de iluminación (una por pasajero). Por cierto, las luces de freno -por LEDs, obviamente- son de intensidad variable en función de la velocidad del coche y de la iluminación ambiente (día, noche, nublado). Por cierto, los faros cuentan con 56 LEDs y los pilotos traseros con 35 LEDs más 4 para los antiniebla. En total hay más de 500 LEDs en todo el Clase S y ni una sola bombilla.
Hay cinco combinaciones diferentes de asientos para las plazas traseras. Desde la clásica banqueta con reposabrazos central amovible hasta dos butacas individuales con infinidad de ajustes que no desentonarían en la clase business de un vuelo trasatlántico, pudiendo controlar absolutamente todas las funciones de la consola central desde atrás. Los portavasos son calefactables y refrigerados. Importantísimo al otro lado del charco donde parece ser que nadie sabe conducir si no lleva su vaso XXL de café en el coche…
Ya presente en la anterior generación, vuelven los asientos que dan masajes. Sólo en el respaldo de los asientos ya hay 14 cojines que se inflarán, desinflarán y moverán en función de uno de los 6 programas de masaje.
A nivel de conducción, Mercedes agrupa una serie de ayudas a la conducción bajo el nombre de «Intelligent Drive» que incluye, entre otras, el Active Parking Assist, Active Lane Keeping Assist (control activo de cambio de carril), Night View Assist Plus (visión nocturna), Distronic Plus with Steering Assist, Brake Assist Plus with Cross-Traffic Assist (modifica la frenada en función de si es en carretera o en un cruce), Pre-Safe Brake con detección de peatón.
Una serie de cámaras «leen» el asfalto sobre el que circulamos y adaptan en tiempo real la suspensión neumática al estado del firme y a nuestra velocidad. Mercedes lo llama Magic Body Control. ¿Porque será como ir en una alfombra voladora? Las dos cámaras del Magic Body Control tenían una visiónd e 360º al rededor del coche y son parte integrante de los otros sistemas de ayuda a la conducción ya mencionados.
Y ya rizando el rizo, Mercedes propondrá en el Clase S un asistente de conducción que limitará los efectos del viento lateral bautizado Crosswind Assist. En caso de equipar suspensión activa, el sistema actuará sobre la carga de cada rueda para compensar el efecto; en los otros modelos será el ESP encargado de actuar sobre los frenos de cada rueda para contrarrestar el viento lateral.
Todo apunta a que la gama debutará con el S350 BlueTec animado por el V6 de 3.0 litros y 258 CV. El S500 equipado con el V8 de 4.7 litros y 455 CV será, de momento, el más potente de los tres, para seguir con el S400 Hybrid de 306 CV y 159 g/km de CO2.
A finales de año, llegará una versión S500 4Matic de tracción integral. Ya en 2014, llegarán las motorizaciones diésel y se ampliará la oferta con las potentes variantes AMG. Se habla incluso de una versión Pullman, como el Mercedes 600 de los años 70 y 80, para sustituir a los Maybach.