El nuevo Ford Fiesta poco o nada tiene que ver con su antecesor, compáralos es una pérdida de tiempo, sin duda.

El nuevo y actual Fiesta le gana por goleada en todos los sentidos, y no solo por lo obvio, ser un modelo nuevo. Si no por mejoras que el anterior Fiesta llevaba tiempo pidiendo. Como un mejor sistema multimedia con una pantalla de buen tamaño.

Mejoras a nivel de seguridad con asistentes de carretera que toda la competencia ya tenía y que ahora el nuevo Ford Fiesta también. Como por ejemplo el detector de líneas que impide salirse del carril o, también, lector de señales de tráfico, aviso de ángulo muerto y un largo etcétera.

Sin duda este nuevo Fiesta viene muy bien equipado no solo a nivel de seguridad. En el acabado que hemos podido probar durante unos días, el Titanium, ya de serie, lleva lo que de verdad se va a usar a diario.

Por ejemplo, los asientos nos han parecido tremendamente cómodos e ideales para viajes o un uso intensivo. Además de recoger estupendamente el cuerpo, podemos realizar viajes largos y salir completamente descansados. Con pocos utilitarios sucede igual.

Externamente el Fiesta, como es normal, ha ganado muchos enteros si lo comparamos con su antecesor. Son diseños casi diametralmente opuestos, incluso los grupos ópticos tanto delanteros como traseros tienen formas totalmente diferentes.

Su diseño es juvenil y atrayente, es fácil que te vean y se queden mirando, sobre todo si llevas el color de la unidad que hemos probado un bonito azul llamado “Azul Caribe” un color que según le dé la luz y su intensidad cambia de tonalidad.

El acabado Titanium es un acabado intermedio, por debajo de éste están disponibles el Trend y Trend+. Y por encima del Titanium el ST-Line y el tope de gama; Vignale. Que viene con una alta dotación de extras de serie.

El interior del Fiesta sorprende gratamente por su sencillez y encontrarse todo en su sitio, si el anterior Fiesta disponía de multitud de botones para cada acción del sistema multimedia. Ahora está todo simplificado con una pantalla de buenas dimensiones que es táctil y permite gobernar todo sin mayor problema, rápido e intuitivo.

El cuadro de instrumentos también dispone de una buena pantalla para el ordenador de a bordo, toda la información a nuestro alcance. Nos ha gustado visual y físicamente el aspecto del nuevo cuadro de instrumentos. Nada que ver con el anterior.

La verdad es que el conjunto, en sí, está muy conseguido. Incluso el puesto de conducción es extraordinariamente cómodo en todos los sentidos. Además de los típicos múltiples reglajes de los asientos, también tenemos los del volante, tanto el altura como en profundidad.

Por lo que en pocos minutos podemos adoptar la postura correcta ante el volante, postura cómoda y correcta.

El motor que hemos probado es el conocido ya desde hace unos años y galardonado desde hace tiempo con el premio a mejor motor de su categoría. No en vano es un motor que asombra por su buen funcionamiento y aun tratándose de un motor de 3 cilindros en línea, también por su refinamiento.

Hablamos del 1.0 ecoboost en su variante de 125cv. Este mismo motor está disponible en el Fiesta con potencias desde los 100 hasta los 140cv respectivamente.

La versión de 125cv es la más extendida y longeva, ya se vendió en el anterior Fiesta y Focus. Por lo que se trata de un motor más que probado que funciona muy bien, con buenas prestaciones y unos consumos más que ajustados.

Si bien, no ha todo el mundo le gusta este tipo de mecánica de tan poca cilindrada. Es cierto que en los últimos años se ha tendido al llamado “Downsizing” motores de baja cilindrada turbo alimentados capaces de erogar la misma o mayor potencia que mecánicas de mayor cubicaje atmosféricas.

Si echamos la vista a atrás unos 10 o 15 años, en su momento el Ford Fiesta ST montaba un 2.0 DuraTec de 150cv. Un motor atmosférico para la versión más radical del Fiesta. Un motor duro y prestacional.

La versión ST del actual Fiesta monta un 1.5 Turbo de 3 cilindros en línea con 200cv. Parece que con el paso de los años se ha quedado un cilindro por el camino.

Pero, a buen seguro, el 1.5 Turbo dará mejores resultados que el ya vetusto 2.0 de aspiración atmosférica. Y es que el paso y avance a los motores de baja cilindrada turbo alimentados no ha sido un capricho de la industria. Más bien una obligación para poder cumplir con las exigentes normativas anticontaminación actuales. Y es que, gracias a la inyección directa y otros sistemas estos motores son más benevolentes con el medio ambiente.

Aunque también se habla de que los motores como este, el 1.0 ecoboost, por su construcción se calientan más y asociados a la inyección directa, si bien contaminan menos, las partículas que emiten a la atmosfera son de menor tamaño, por lo que son más perjudiciales para el ser humano al no poder ser filtradas.

Lo que está claro es que cualquier motor de combustión interna, ya sea diésel o de gasolina, por el solo hecho de tener que quemar combustible fósil, en mayor o menor medida contaminara.

Por suerte para todos lo que habitamos este planeta, los motores actuales han de pasar una serie de normativas más severas y son mucho más “verdes” que los de hace 10 o 20 años.

En el caso del 1.0 ecoboost, supera la normativa euro 6, por lo que no debemos preocuparnos en este aspecto.

Todos los motores que monta Ford actualmente superan la euro 6, desde los diésel, GLP, híbrido y gasolina.