La utilización del caso cuando se va en moto es algo que ya, de manera automática, el motorista hace como habito. En nuestro país está penado, y gravemente penado el no uso de este instrumento que, aunque pueda resultar incómodo a ciertas personas, por peso, dar más calor en verano, y “despeinarte”. Sin duda la obligatoriedad de llevarlo siempre está por encima de todo, no solo el bienestar, es tu vida la que con una simple acción de ponértelo estas protegiendo.
Para que se entienda mejor, podemos poner como ejemplo el uso obligatorio del cinturón en los coches, que lamentablemente como sucede con el casco, aun a día de hoy con multitudes de campañas aún hay gente que se piensa que controla y no se lo pone.
Es absurdo no hacerlo, son dispositivo que siempre están velando por nosotros desde el momento que hacemos uso de ellos. Lo que se viene a llamar seguridad pasiva.
Con el uso del cinturón de seguridad se pueden salvar hasta un 50% de vidas en caso de accidente si se lleva bien abrochado y ceñido al cuerpo, nada de hacer uso de ropa de invierno que, por su mayor anchura, puede invalidar el buen funcionamiento del cinturón.
En el caso del casco de motor sucede algo muy parecido, si cometemos la temeridad de no llevarlo puesto, por el mero hecho de pensar que es solo es un trayecto de pocos minuto, puede que en ese breve trayecto suceda cualquier cosa, yendo con la cabeza completamente desprotegida, cualquier golpe puede ir directo a nuestra cabeza con catastróficas consecuencias para nuestra salud.
Un buen casco moto es también muy importante, no vale cualquiera, ni el que podamos encontrar de oferta en el súper mercado porque “es igual que los demás”.
Debemos tener siempre en cuenta que desde el primer minuto, ante un accidente, es lo único que nos puede proteger de sufrir heridas de alta consideración. Por ello, no se debe escatimar nunca en la compra de un casco, haciendo caso de ofertas que, por lo general suelen ser cascos malos y baratos, que van a reducir drásticamente las posibilidades de supervivencia en caso de accidente.
No se puede comparar por razones obvias lo que sucede cuando tenemos un accidente dentro de un coche o yendo en moto. En un coche la propia carrocería del vehículo hace de protección hacia impactos de bajo nivel. No tendrás que exponer tu cuerpo ante el asfalto u otros elementos altamente cortantes como las barreras medianas o los quita-miedos metálicos.
En el caso de la moto, ante una colisión, frenazo u golpe, el piloto casi siempre suele salir despedido de la misma por la fuerza del impacto, siendo entonces la vestimenta y el casco su única protección contra lo que se pueda encontrar en la carretera. Un buen casco, y bien abrochado, es sin duda la mejor protección.
En el mercado actual existen diferentes tipos de cascos y tiendas especializadas donde se pueden adquirir, desde los integrales, los más completos y seguros, a otros más ligeros e indicados para épocas de mayor calor, por lo que no ha de ser una excusa a la hora de hacer uso de él en fechas estivales.
Recuerda siempre ponerte el casco antes de iniciar la marcha, que sea un hábito automático para ti, como lo es para un conductor de un coche abrocharse el cinturón. Y solo queda disfrutar de tu moto y de la carretera.