Emprender un viaje de cierta envergadura requiere no solo llenar de combustible el depósito del vehículo e iniciar la marcha.

Cuando realizamos un viaje sin haber planificado hasta el más mínimo detalle, puede pasarnos que sea precisamente ese pequeño detalle que hemos pasado por alto, el que falle en el momento más inoportuno.

Sabemos de antemano que, dada la gran cantidad de automóviles que circulan por España y que las carreteras son las que son, cuando casi un tercio del parque decide emprender el camino de las vacaciones más o menos al mismo tiempo, se van a producir atascos, caravanas y toda clase de incomodidades antes de llegar al tan deseado destino. Esta circunstancia, por sí sola ya nos obliga a cierta mentalización previa: ¿Qué día quiero emprender el viaje?, ¿Qué hora sería la más adecuada en función de la distancia que tengo que recorrer?, ¿Hasta cuándo es una hora buena para llegar y poder instalarme sin agobios?, ¿Es la primera vez que voy a un sitio en el que jamás había estado anteriormente?, ¿Cuál sería la carretera más adecuada? Detalles aparentemente sencillos, si no son tenidos en cuenta, pueden perfectamente amargarnos el viaje.

Una vez que hemos decido y planificado todos esos detalles necesarios, lo más aconsejable, si las distancia está entre los 500 y 600 kilómetros y no se tiene previsto hacer noche antes de llegar, lo más aconsejable es madrugar habiendo dejado preparado el equipaje, porque, además de la dificultad de su colocación, si los colocamos por falta de espacio en el interior, detrás del asiento trasero, nos puede limitar la visión y, en caso de accidente, salir proyectados hacia los pasajeros de los asientos delanteros. Un paquete sólido que pese un solo kilo puede matar a una persona en una colisión a 50 Km/h contra un árbol, un muro u otro vehículo. Si es posible debemos sujetar el equipaje que va en el maletero, pero en cualquier caso, debemos colocar las maletas más voluminosas y pesadas debajo del resto. Si viajamos solos o con un solo acompañante, podemos abrochar los cinturones traseros sobre el respaldo de los asientos correspondientes. En una colisión, los asientos abatibles ceden y las maletas se convierten en proyectiles.

Cuando además del equipaje, añadimos unos esquís, unas tablas de surf o un par de bicicletas, la cosa aún se complica un poco más. En primer lugar, es aconsejable cargarlas la noche anterior, y siempre teniendo la absoluta certeza de que todo ha quedado bien sujeto, y no olvidar durante el viaje comprobar su sujeción en cada parada. En algunos existen pasos limitados en altura y si, por falta de costumbre, nos olvidamos de lo que llevamos en el techo, podemos organizar un auténtico desaguisado en el que lo más probable es que, además de cargarnos la barrera rompamos alguno de los cristales de nuestro propio vehículo.

Una correcta distribución del equipaje es fundamental

Además de lo anteriormente citado la documentación y la póliza de seguro del vehículo han de viajar siempre con usted. Existen diferentes seguros de coches que, a buen seguro, se ajustarán a nuestras necesidades con las mejores coberturas en caso de viaje.

Otra previsión que no hay que dejar para la última hora, es la de llenar el depósito la noche anterior y, durante el viaje, sobre todo si se hace en el invierno; no hay que esperar a que esté a la mitad para llenarlo de nuevo. Si nos quedamos sin combustible en un atasco en cualquier estación del año, hacemos que aumente el caos circulatorio, impidiendo el avance de otros vehículos, y si nos ocurre en el verano, deja de funcionar el aire acondicionado y, en el invierno, la calefacción.

La planificación de un viaje largo no solo pasa por uno mismo, nuestro vehículo ha de estar perfectamente revisado para emprender con total seguridad el viaje sabiendo que no tendremos ningún percance mecánico por dejar para el último segundo el mantenimiento.

Del mismo modo, debemos tener al día cualquier tipo de impuesto, revisión técnica e ITV del vehículo a usar.

Naturalmente, el seguro del vehículo ha de estar en regla y en vigor. De nada nos sirve tener el seguro mejor o más competente del mundo si no hemos olvidado de renovarlo.

No conduzca nunca durante más de dos horas sin un pequeño descanso de unos minutos; beba agua u otras bebidas azucaradas pero exentas de gas. No haga comidas copiosas durante el viaje, especialmente cuando aprieta el calor. Jamás acompañe una comida con ninguna clase de alcohol, no beba leche caliente. Mantenga la temperatura del interior uniforme y bajo ningún pretexto conduzca desnudo de cintura para arriba o descalzo.

Y recuerde, dejar los cuidados de nuestro coche para el último momento puede terminar con él en cualquier taller, lejos de casa, rodeados de maletas, sin saber qué camino tomar y en la más desoladora de las situaciones. De pronto, todo se va al garete porque una avería inesperada nos ha fastidiado las vacaciones. También la documentación y la póliza vigente del seguro tienen que viajar con usted.

¡Buen Viaje!