Según el diccionario, este viejo refrán español, dice:
Reprende a quienes pretenden ayudar o poner remedio fuera del tiempo, cuando ya es demasiado tarde y ha pasado la ocasión oportuna, por lo que no puede ya surtir efecto.
Génesis 41:17-21 “Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río; y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado. Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto.
Llegará un momento en el que, las vacas flacas estarán tan flacas, que ni siquiera entonces tendrán ya fuerza, por mucha cebada que les demos.
Si en España hay ocho millones de pobres censados y otros muchos millones más al borde de la anorexia, mientras, las siete vacas “de gruesas carnes y hermosa apariencia”, siguen paciendo en el prado; ¡ojo!, qué las flacas no se calienten un día, cuándo cada mañana al despertar, se encuentran como todo desayuno, con mermelada de “ibex 36”, tostadas de “prima de riesgo”, té amargo de “preferentes”, “intereses de la deuda”, saqueo de los sindicatos, evasión de impuestos de los que pretenden darnos ejemplo, cuentas en Suiza, beneficios multimillonarios de la banca y de las grandes empresas…
Mientras que, algún preboste “cabeza de huevo”, se empeña en convencerlos de que “la economía está mejorando y sólo toca esperar”.
Como lo españoles, desde hace siglos, estamos ya acostumbrados a pasar penurias sin perder el humor, es posible que muchos estén pensando en el viejo chiste del chino:
“Sí, mejolo, mejolo, pero no del velvo mejolal”
Paco Costas
Coda: Sin ánimo de alarmar, pero en cita bíblica, las vacas flacas acaban devorando a las gordas.