Todo sucede un día: Una revisión regular relacionada con otras viejas dolencias de repente cambia tu vida. Te entregan un papelito en el que, después de saltarte todos los complicados términos médicos, al pie de la hoja, descubres la terrible palabra “carcinoma”.
Me ocurrió a mí hace ahora tres años.
Acuden las lágrimas a tus ojos, te tiemblan las piernas y no puedes controlar el miedo en esos momentos. Todo se derrumba a tú alrededor: proyectos de vida, viajes y cosas que siempre has querido hacer desaparecen de tu mente para dar paso a los más sombríos pensamientos.
Pasan los días sin apenas conciliar el sueño hasta que el oncólogo te pone un tratamiento y te dice que puedes curarte. Veinte y ocho sesiones de radio y dos de quimioterapia te dejan hecho una piltrafa. Pero el puñetero tumor ha desaparecido.
Las revisiones pasado algún tiempo son necesarias. Las técnicas más modernas reproducen de forma fiel el estado de todos los órganos de tu cuerpo. Y, entonces, aparece otro indeseado compañero de viaje, esta vez en un pulmón.
No estoy describiendo un problema personal con la intención de que nadie sienta la menor pena por mí. Por el contrario, he conseguido superar el miedo, ha aumentado en mí el amor por la vida, e igual que superé el primero venceré a este segundo, incluso creo que la situación puede alargarme la existencia.
SON SÓLO LEYENDAS URBANAS
Estos días entre médicos y pacientes de la misma dolencia, descubro que es mentira que el cáncer se desarrolle más lentamente en las personas mayores.
Y la otra cosa que he conocido y que me impulsado a escribir este artículo, es que yo estaba convencido de que, por haber dejado de fumar hace treinta y cinco años, un cáncer de pulmón era imposible.
Hace años que el cáncer ha dejado de ser una amenaza de muerte en España; los grandes hospitales universitarios de la Seguridad Social y muchos privados, disponen de las más modernas terapias y aparatos de control que existen en los países más avanzados del mundo. Y lo más importante. Tenemos un cuadro de facultativos en oncología que son solicitados y valorados aquí y fuera de España.
PD: Cada vez que veo a un joven o a un adulto fumando, daría algo por poder avisarle de que algún día, si no se coge a tiempo, el cáncer no avisa, no causa dolor en un principio y se introduce en nuestro cuerpo de forma larvada y sin avisar.
Paco, por desgracia si hay metástasis (como le pasó a mi madre con 62 años recientemente) no hay nada que hacer.
Las revisiones son necesarias al 200% (es una auténtica estupidez no hacerlas, por si alguien lee lo que escribo y piensa que digo lo contrario), pero no aseguran nada al 100%, ya que entre una y otra puede aparecer (y como bien has dicho, es una mentira extendida lo que cuanto más mayor, más lento va el cáncer).
Espero de corazón que lo hayan cogido a tiempo y te recuperes.