En el 2004 compré una autocaravana que renové por otra en el 2012. Con la compra de ese vehículo, he descubierto dos cosas que sólo conocía por causa de mi eterno apresuramiento: que España es un país de una belleza incomparable y que viajar en libertad como yo lo hago ahora cuando puedo, no requiere de ninguna fortuna y que, incluso, un jubilado como yo, puede permitirse hacerlo.
Y a los que piensan que la edad es un inconveniente, les digo: no rendiros, manteneros activos y vista al frente con la ilusión, aunque no sea cierta, de que somos inmortales; lo demás ya llegará.