De nuevo ponemos a prueba al Volkswagen Golf GTD, en esta ocasión dotado del excelente cambio automático DSG de 6 relaciones. El Volkswagen Golf GTD DSG es el hermano diésel del mítico Golf GTI. Naturalmente, salvando las distancias. El nuevo GTD dispone ahora de más potencia que su antecesor. 14 cv más para ser exactos, extraídos del 2.0 TDI CR. Que ahora, y gracias a nuevas modificaciones, dispone de un PAR de 380Nm desde 1750 a 3250 revoluciones. El GTD adopta casi por completo la imagen externa del GTI.
Evidentemente existen diferencias entre ellos a parte de la mecánica. Externamente el GTD dispone de unas llantas de diferente diseño, una salida de escape doble en el lado izquierdo. Y las siglas GTD en los mismos sitios que las GTI y, hace un mayor uso del color gris donde el GTI usa el tradicional rojo.
Internamente ambos cuentan con unos impecables asientos. Cómodos y que sujetan de maravilla el cuerpo en situaciones “criticas” como en conducción decidida. El Golf GTD dispone de luces de carretera automáticas. Una vez activado él sólo hará uso de las luces largas o pasara a cortas. Que en el caso de este nuevo Golf, lo que hace es bajar el faro izquierdo, manteniendo el derecho para ver mejor la carretera. Y de este modo no deslumbra al vehículo que viene de frente. Nuestra unidad disponía del acabado GTD. Y gracias a eso el salpicadero venía bien vestido, con un excelente equipo multimedia. Que disponía de un navegador de última hornada. De fácil uso y muy intuitivo. Todo táctil. Y con manejo parecido al de un Smartphone. El puesto de conducción sigue siendo de lo mejorcito en el segmento, cómodo y de fácil regulación.